El deseo del ronroneador de esconderse es una muy mala señal.
Si un peludo de repente quería parecer "invisible", entonces o se sentía vulnerable o tenía mucho miedo de algo.
Por supuesto, el dueño del gato no puede ignorar tal situación.
Pero ni siquiera deberías intentar sacar a tu amigo de cuatro patas del "refugio".
Antes de tomar medidas, el dueño del peludo debe analizar los posibles motivos del extraño comportamiento de la mascota.
Hay varias explicaciones posibles:
La regla principal es: "No empeores las cosas".
No hagas ruido, no regañes al gato, no intentes sacarlo... En general, no asustes aún más al animal.
Deja que tu amigo de cuatro patas se calme y deje de esconderse.
Si suponemos que el gato estaba en el "refugio" por dolor y no por factores externos, entonces lleve al animal a la clínica veterinaria.