Y en el caluroso verano, los gatos logran dormir con su dueño en la misma cama. Dicen que lo hacen por motivos de seguridad.
Con la llegada del frío, las mascotas intentan encontrar un lugar más cálido. Pero, ¿qué debería hacer un propietario si literalmente todo el mundo considera que dormir con una mascota es una idea poco saludable?
Los empleados de la Universidad de Wisconsin pusieron fin a esta disputa y nos dijeron qué hacer en tal situación.
1. A un gato que sale a pasear definitivamente no se le debe permitir entrar en la cama.
En este caso, el riesgo de contraer parásitos o pulgas de su mascota aumenta significativamente.
Como mínimo, los dueños de dichos animales deben hacer arreglos periódicos para que un veterinario examine a su mascota y administrar los medicamentos adecuados.
2. El siguiente punto se refiere a los pacientes inmunocomprometidos.
La mascota crea una amenaza adicional para su dueño, ya que en realidad es portadora de microorganismos dañinos.
Y en este caso, el propietario debe permanecer en guardia. La razón de esto es la arena para gatos.
1. Se debe prestar especial atención a los niños pequeños cuya inmunidad aún se está desarrollando.
Por lo tanto, ni siquiera se debe permitir que un gato doméstico duerma en la cama de un niño.
2. Por la mañana, los gatos se vuelven muy activos y a menudo perturban el sueño de sus dueños, lo que provoca falta de sueño y estrés.
3. Si en la casa viven pacientes con asma o alergias, no se debe permitir la entrada de gatos callejeros ni de interior al dormitorio.