Desde hace mucho tiempo es un mito conocido que los gatos saben dónde y qué le duele a una persona, y por eso se acuestan allí.
Pero los científicos no consideran posible creer que los animales tengan algún tipo de superpoder que les permita diagnosticar dolencias en las personas.
Hay algunas explicaciones científicas para este fenómeno. Hablemos de ello.
Se cree que un gato puede detectar casi problemas con el corazón y el tracto gastrointestinal. Sin embargo, desde un punto de vista científico, no hay confirmación de estos datos. Así como la capacidad del gato para tratar migrañas o dolores de cabeza.
1. Los científicos creen que los gatos se sienten atraídos por el calor y el aumento de la temperatura corporal, que se observa durante la inflamación.
2. Se observa una reacción similar con hematomas y dolor, por lo que el animal vuelve a acostarse sobre el punto dolorido para calentarse.
3. Los científicos también llegaron a la conclusión de que un gato distingue fácilmente la temperatura normal del cuerpo humano de la elevada y también reacciona al olfato.
En otras palabras, los gatos no reaccionan a la enfermedad en sí, sino a los cambios corporales que se producen durante la enfermedad, y simplemente vienen a disfrutar.
Sin embargo, se ha comprobado que la presencia de un gato cerca de una persona enferma tiene un efecto positivo.
Como mínimo, el nivel de estrés y ansiedad disminuye, la persona se siente cuidada, lo que aumenta la producción de las hormonas serotonina y oxitocina. Es decir, los animales tienen un efecto calmante.
Además, la comunicación con los animales previene el desarrollo de la depresión y el ruido producido favorece la regeneración de los tejidos.