Un gato no puede evitar afilarse las garras, eso es un hecho. Necesita estirar la espalda, deshacerse de los viejos crecimientos de sus garras y también marcar su territorio.
Pero los reposabrazos desgastados de sillas y sofás pueden llevar a los dueños de gatos a la desesperación y hacer que empiecen a recortarse las garras.
Pero esta no es una tarea fácil, y sin experiencia no será posible hacerle a un gato una manicura o pedicura rápidamente y, lo más importante, sin dañar la salud de la mascota.
Necesitará comprar unas pinzas especiales y también una toalla y algo sabroso para tratar a su mascota después del procedimiento.
No debes irritar innecesariamente al animal, de lo contrario no podrás cortarle las garras con calma.
Es importante saber que no se corta toda la placa, sino solo una pequeña parte, no más de 3-4 mm, según la raza y las características individuales de la mascota.
El caso es que si cortas toda la garra, puedes dañar un vaso sanguíneo, además, es doloroso y tu mascota no te lo perdonará.
También debes saber que las garras crecen a diferentes ritmos en diferentes patas, y después de aproximadamente 2 a 3 semanas tendrás que inspeccionar y repetir el proceso.
Es importante tratar a tu mascota cada vez con algo especialmente sabroso, para que se convierta en un hábito para él, y mejor aún, acostumbrar al gato al rascador.