Mientras que una persona no tiene otra forma de entender a un animal que a través del lenguaje corporal.
Afortunadamente, los gatos son bastante fáciles de leer a este respecto. Por su comportamiento, ellos mismos le dicen a una persona si está viviendo una vida feliz, triste o llena de ira.
Los expertos hablan de las señales felinas más brillantes.
Un gato feliz y contento se mueve lenta y suavemente. Si se acuesta para descansar, suele ser de costado o boca arriba.
La señal más evidente de un gato feliz es estar tumbado boca arriba con las patas extendidas.
Los ojos suelen estar entrecerrados o el animal parpadea lentamente.
Todos estos son signos de un animal completamente relajado y feliz.
El comportamiento opuesto de un gato puede indicar no solo mal humor, sino también miedo o dolor.
En este caso, el animal se mantiene alejado y, al intentar ser levantado, puede mover la cola violentamente.
Si se levanta el pelaje y las orejas se presionan contra la cabeza, es evidente que algo asusta al gato.
Y si el gato se mueve, aferrándose al suelo, entonces tiene miedo y quiere esconderse de la persona.
En este caso, el gato puede silbar, gritar fuerte, evitar a la persona o moverse con frecuencia y rapidez.
Todo esto sugiere que es necesario dejar al gato solo e incluso ayudarlo a encontrar un lugar donde se sienta seguro.