Probablemente muchas personas observaron con emoción cómo los perros retozaban en el agua y literalmente no querían salir de ella.
Algunos propietarios buscan deliberadamente cuerpos de agua en los que su perro pueda nadar tranquilamente sin distraerse con nada.
Sin embargo, por experiencia propia, algunos tienen que lidiar con un fenómeno muy inusual: literalmente no pueden ser arrastrados al agua por la fuerza. Inmediatamente me viene a la mente el pensamiento de que algo anda mal con el perro. Pero éstas son conclusiones prematuras.
Los expertos señalan que no todo el mundo se alegra al ver un río o un lago. Algunos perros simplemente no quieren perder el control de la situación y estar en el agua lo impide. Por tanto, el perro se resistirá a tu decisión de bañarlo.
Otros perros le temen al agua casi tanto como los gatos. Esta es una reacción individual que es difícil de explicar.
A los perros grandes no les gusta bañarse, porque les resulta simplemente difícil. Sobre todo si hablamos de un animal de cuerpo macizo y patas débiles.
Es poco probable que un perro con sobrepeso quiera nadar: esta "diversión" también le resultará difícil. También hay razas de perros a las que no les gusta nadar debido a su genética.