Algunas personas piensan que si le quitas un gatito a su madre antes, le resultará más fácil aprender a vivir con un nuevo dueño, pero en realidad esta opinión está lejos de la verdad.
Separar al gatito del gato demasiado pronto puede crear problemas tanto para el dueño como para la mascota.
Cuando un bebé está con su madre pasa por importantes etapas de desarrollo físico y emocional, por lo que un gatito que ha tenido que afrontar un destete precoz tendrá que afrontar una serie de dificultades.
El gatito experimenta pánico y miedo hacia su nuevo dueño, por lo que puede convertirse en una mascota extremadamente cobarde o demasiado agresiva; es poco probable que a algún dueño le guste ese vecindario.
Sin duda, es difícil para una persona acostumbrar a una mascota a la bandeja de arena; para ello, como mínimo, es necesario estar siempre cerca de ella.
Si descuidas a tu mascota, puedes encontrarte con un completo desconocimiento del baño por su parte y con la aparición de montones y charcos en los lugares más inesperados y de difícil acceso.
Es poco probable que los gatitos que son separados de su madre temprano se conviertan en buenos cazadores de ratones y lo más probable es que no puedan esconderse del enemigo.
El encuentro con otros gatos o perros puede tener consecuencias nefastas, pues en caso de conflicto, el gatito no podrá defenderse y contraatacar, y cuando el animal crezca, puede tener problemas con la procreación, ya que no sabe cómo comportarse correctamente.