Noche. Silencio. Y de repente, pisotones, saltos locos y maullidos fuertes. Una imagen familiar para muchos dueños de gatos.
El fenómeno de la locura nocturna en los gatos intriga desde hace mucho tiempo y, en ocasiones, irrita a sus dueños.
Sin embargo, detrás de este comportamiento hay profundas razones biológicas y psicológicas que se remontan al pasado salvaje de estos elegantes depredadores.
Los gatos son carnívoros naturales y sus relojes biológicos están programados para ser nocturnos.
En la naturaleza, el crepúsculo y la noche son los momentos ideales para cazar presas pequeñas.
Los gatos domésticos, a pesar de vivir miles de años junto a los humanos, han conservado estos instintos.
Cuando se apagan las luces en la casa, se despiertan antiguos reflejos y la mascota comienza a "cazar" presas imaginarias, ya sea un ratón de juguete o una borla de cortina.
Muchos gatos pasan la mayor parte del día somnolientos, especialmente si sus dueños están ausentes.
Por la noche, cuando la gente regresa a casa, las mascotas están llenas de energía y listas para la actividad.
Si el gato no recibe suficiente estimulación y juego durante el día, toda la energía acumulada se derrama por la noche en forma de diversión desenfrenada y carreras por el apartamento.
Los ojos de gato son ideales para la visión nocturna. En la oscuridad, sus pupilas se dilatan, lo que les permite detectar los más mínimos movimientos y la luz tenue.
El oído también se vuelve más agudo, lo que hace que la noche para el gato sea un momento de mayor sensibilidad al mundo exterior.
Un crujido fuera de la ventana, el sonido del agua que gotea o incluso un ligero movimiento de aire pueden desencadenar un estallido de actividad.
La noche es el momento ideal para que los gatos exploren y afirmen su territorio.
En los edificios de apartamentos, las mascotas pueden reaccionar a los sonidos y olores de otros animales procedentes de los apartamentos vecinos.
Esto los anima a adoptar comportamientos activos, como maullar, arañar muebles o intentar salir.
En algunos gatos, especialmente aquellos que no han sido castrados, el comportamiento nocturno puede estar asociado con aumentos hormonales.
Los gatos que entran en celo suelen ir acompañados de un aumento de la actividad y la vocalización, especialmente durante la noche.
Incluso después de la esterilización, algunas mascotas pueden conservar estos patrones de comportamiento.
Los gatos son criaturas de hábitos y cualquier cambio en su entorno puede provocar estrés y ansiedad.
Los muebles nuevos, la reorganización o la llegada de invitados pueden alterar el estilo de vida habitual de la mascota.
Como resultado, el gato puede volverse más activo por la noche, intentando adaptarse a nuevas condiciones o expresar su descontento con los cambios.