Te equivocas si piensas que un perro sólo tiene una nariz.
Resulta que tu amigo de cuatro patas también tiene un segundo órgano similar.
Este último tiene varios nombres a la vez. A menudo se utilizan los siguientes: “órgano vomeronasal”, “órgano vomeronasal”.
A veces se utiliza un nombre como "órgano de Jacobson".
La segunda nariz del perro se encuentra entre las fosas nasales y el paladar.
No hay una respuesta exacta a esta pregunta. Pero hay una suposición bastante interesante.
Según esta hipótesis, nuestros amigos de cuatro patas que ladran utilizan un órgano inusual para reconocer las marcas dejadas por otros perros.
En otras palabras, los perros pueden utilizar la segunda nariz para “analizar” los olores detectados.
Quizás, gracias al órgano vomeronasal, las mascotas reciben información sobre la edad, sexo y estado de salud del perro que dejó la huella.
Es posible que la segunda nariz permita a los perros recibir información importante sobre otros representantes de la fauna, así como conocer la presencia de sustancias peligrosas.