Muchas personas tienen predisposición a la esquizofrenia, pero a pesar de ello, este diagnóstico no se hace con mucha frecuencia.
¿Pueden los gatos aumentar la probabilidad de sufrir este trastorno? Averigüemos aquí y ahora.
La esquizofrenia puede considerarse el resultado de una violación de los procesos bioquímicos y del funcionamiento de las neuronas en el cerebro.
Este deterioro suele estar asociado a una predisposición genética combinada con el estrés, pero puede acelerarse, como ocurre con diversas enfermedades o parásitos.
Volvamos a nuestras ovejas, o mejor dicho, a los parásitos: uno de los que pueden acelerar la aparición de la esquizofrenia es el parásito Toxoplasma gondii (T. Gondii), que puede ser transportado por las mascotas que maúllan.
Su hábitat es la carne cruda y algunos suelos de jardín.
Los gatos pueden contraer el parásito, por ejemplo, cuando están al aire libre y luego transmitirlo a las personas a través de sus excrementos y bandejas.
Sin embargo, no se apresure a repudiar a su mascota: el hecho es que los científicos aún no han llegado a un consenso: ni un solo estudio ha proporcionado resultados completos y confiables sobre la conexión entre los gatos y la propagación de la esquizofrenia entre las personas.
El pensamiento actual sugiere que existe cierta asociación entre la exposición a gatos al aire libre y la esquizofrenia, pero es poco probable que los animales sean la causa principal del trastorno.
En general, no es probable que los gatos causen esquizofrenia en humanos. T. gondii, que se encuentra en algunos animales, puede provocar la formación de quistes que contribuyen al deterioro cerebral prematuro, pero este deterioro sólo puede ocurrir en personas con predisposición a la esquizofrenia.