¿El gato hizo algo mal? Por ejemplo, ¿ignoraste la bandeja, rayaste los muebles o derribaste tu jarrón favorito?
Es comprensible que en tales situaciones quieras regañar a tu mascota.
Pero aun así trata de contenerte. Gritar no te ayudará a reeducar a tu amigo peludo de cuatro patas.
Se conseguirá el efecto contrario. Es posible que al animal no le gustes y empiece a comportarse aún peor.
Pero averigüemos exactamente por qué no se debe criar a un gato gritando y maldiciendo.
Ni siquiera intentes explicarle al peludo su error.
El caso es que el animal todavía no entiende nada.
Si crees que tu voz elevada definitivamente hará que el gato se dé cuenta de su culpa, estás equivocado.
Es posible que el ronroneo no vea ninguna conexión entre su acción y tus gritos. Pero el animal puede sentirse muy ofendido, porque “así” levantan la voz.
Y la razón principal: los bebés peludos se estresan cuando escuchan ruidos fuertes.
Gritarle a un gato descarriado sólo conseguirá asustarlo. Y al mismo tiempo, no podrás explicarle a tu mascota qué hizo exactamente mal.
Un gato no tratará bien a un dueño que le grita a menudo.
¿Cómo puedes entonces conseguir que tu mascota se porte bien? La respuesta es sencilla: habla con calma y refuerza las acciones positivas del animal con algún alimento sabroso.
Anteriormente te contamos cómo elegir el transportín perfecto para tu gato.