Como regla general, el gato promedio pasa del 30 al 50% de su tiempo lamiéndose el pelaje.
Pero a veces el aseo requiere más de lo debido y, por tanto, se vuelve intrusivo. Incluso hay situaciones en las que el resultado son zonas de calvicie y daños en la piel.
Este comportamiento puede verse influenciado por una variedad de factores, incluida la infestación de exoparásitos, dermatitis, traumatismo cutáneo o un trastorno neurológico.
Las condiciones patológicas deben ser tratadas por un veterinario.
Si el especialista no encuentra nada de lo anterior, es posible que el lamido excesivo esté provocado por algún trastorno de conducta.
El caso es que lamer el pelaje ayuda al gato a afrontar el estrés, por lo que este comportamiento puede estar asociado con frecuentes disturbios emocionales en el animal.
Estos incluyen mudanzas, llegada de un nuevo miembro a la familia o mascota, separación del propietario, renovaciones, etc.
Todos los "fenómenos" anteriores pueden provocar un lamido constante, que a veces dura varias horas seguidas.
Si se ignora este problema, la neurosis puede empeorar y provocar autolesiones, como lamer la piel hasta sangrar y arrancarse el pelo.
Anteriormente te contamos cómo determinar la edad de un gato en casa.