Los gatos domésticos son criaturas lindas. El cuidado y el amor se responden con cariño y cariño.
Pero si ofendes al peludo, puedes pagar. Un gato enojado causará muchos problemas, especialmente si es vengativo.
Te contamos qué tres acciones no debe realizar el dueño, para no traer la ira del gato sobre su cabeza.
No debes poner a prueba la paciencia de un barbo con situaciones estresantes creadas artificialmente.
Bueno, hay personas a las que les gusta asustar a los gatos, por ejemplo colocándoles algo inusual para ellos o gritándole de repente a su gatito como Tarzán en la jungla.
Y algunos suelen poner música pesada a todo volumen, literalmente jugando con los nervios del desafortunado gato.
Algunas personas, armadas con una zapatilla o un cinturón, organizan una búsqueda del colado. ¡Van por el camino equivocado, camaradas! El gato recordará y hará cosas desagradables en respuesta.
No limites el derecho del gato a la libertad de movimiento. Recuerde: la libertad está en los genes de estos animales, incluso los domésticos.
El gato se ofenderá si no le permiten subir al armario o si el dueño no lo lleva a pasear.
Prohibir constantemente ciertas cosas convertirá a la adorable criatura que maúlla en un agresor que muerde y araña.
No debes dejar a tu gato en un espléndido aislamiento todo el tiempo y durante mucho tiempo.
Está claro que hay que quedarse hasta tarde en el trabajo o después de visitar una tienda, pero hay que intentar minimizar estos retrasos.
De lo contrario, el gato se enojará: empezará a remar en el apartamento y tendrá suerte si no lo destruye todo.
Anteriormente hablamos de por qué un gato adulto se golpea en la cara con las patas traseras.