Muchos dueños de gatos, incluso aquellos que regularmente rompen el sofá y el papel tapiz con sus garras, consideran por alguna razón que un rascador es una pérdida inútil de dinero.
Dicen que su animal no utilizará este dispositivo.
En parte tienen razón: a menudo se pueden ver rascadores inactivos en algún rincón remoto de la vivienda.
Pero esto sucede sólo porque se cometieron errores al elegir un diseño: los dueños de la mascota no tuvieron en cuenta sus características individuales, persiguieron una oferta publicitaria lucrativa o sucumbieron a los persistentes consejos de un vendedor sin experiencia.
Si no quieres desperdiciar dinero en un rascador, sigue las siguientes reglas a la hora de elegir una estructura.
Si bien el gatito es pequeño, es difícil sacar conclusiones sobre su carácter. Quizás tengas una mascota a la que no le gusta mucho el ejercicio y prefiere dormir o relajarse en su hamaca.
Si elige un rascador que no coincide con la personalidad de su mascota, es muy probable que su compra se convierta en un recolector de polvo más.
Si decide utilizar un rascador vertical, asegúrese de que su altura sea de al menos 80-90 cm; solo así el gato tendrá la oportunidad de estirar sus músculos, lo que sin duda hará que la estructura sea atractiva a los ojos de la mascota.
Si a tu gato le gusta jugar y esconderse, es posible que le guste un rascador con túneles y mamparas. Si tu mascota es perezosa y tranquila, entonces es mejor elegir un rascador con hamaca o cama.
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