La mascota no puede decirle a su dueño que está enferma y necesita ayuda.
Por lo tanto, el dueño del animal debe controlar cuidadosamente cualquier cambio en el comportamiento del gato para poder tomar las medidas oportunas.
Una de las señales es que el animal ha dejado de comer y beber agua, y también hay que tener en cuenta cuando un gato bebe demasiada agua.
Por ejemplo, si un gato vacía su cuenco de agua más rápido que antes, esto puede indicar problemas renales, diabetes, etc.
También debes prestar atención a la apariencia del gato.
Si de repente empeora, por ejemplo, aparecen problemas con la piel o el pelaje, entonces debes contactar a un veterinario.
Al mismo tiempo, otra señal alarmante es cuando a tu mascota le moquean los ojos y la nariz. Esto puede indicar una infección.
Además, debes observar el comportamiento y el carácter. Si el gato siempre juguetón y activo se ha vuelto tranquilo, prefiere descansar y no interactuar de ninguna manera con el dueño, entonces debes verificar su salud.
Anteriormente te contamos cómo cuidar a un gato anciano.