Los gatos dividen en varios tipos a las personas con las que conviven en el mismo apartamento.
El primero es el dueño. El animal los considera una sola persona que cumple ciertos “requisitos”.
El segundo tipo es el “sirviente”. Así percibirá al peludo quien lo cuida, pero no es el dueño.
Hay un tercer tipo: "fuente de peligro". Pero estos no se encuentran en todas las familias.
Parecería que la respuesta es obvia: el dueño de un amigo peludo de cuatro patas es quien constantemente alimenta a la mascota y la cuida más.
De hecho, todo es diferente. El gato elige según criterios bastante interesantes.
La mascota considerará que el miembro principal de la familia es aquel que no sólo la cuida y la protege, sino que también está en la misma onda emocional con ella.
En otras palabras, no basta con darle de comer al gato para que empiece a considerarte su dueño.
También debes jugar con tu amigo de cuatro patas y acariciarlo con frecuencia. Debes asegurarte de que tu mascota comience a considerarte “uno de los suyos” y a confiar en ti.
¿No te has hecho amigo de tu gato, pero aún te preocupas por él? Esto significa que no eres más que un “sirviente” para él.
Pero eso no tiene nada de malo. Lo principal es no caer en la categoría llamada "Fuente de peligro". Este grupo incluye personas que suelen hacer ruido, asustar a la mascota y violar su espacio personal.
Anteriormente hemos nombrado 5 olores agradables para los humanos que los gatos simplemente odian.