Durante mucho tiempo se aceptó generalmente que los gatos son criaturas egoístas, dispuestas a vivir con cualquiera por un plato de comida.
Esto está mal. Tienen muy buena memoria y un gato puede recordar a una buena persona toda su vida.
Los científicos han llegado a la conclusión de que los gatos son más inteligentes de lo que la gente solía pensar.
Durante la investigación se estudiaron las características de la estructura y el desarrollo del cerebro del gato.
Al final resultó que, la inteligencia del animal corresponde al nivel de desarrollo de un niño de tres años.
Los investigadores se propusieron comprobar si un gato podía reconocer a su dueño, a quien no había visto desde hacía, por ejemplo, cinco años.
Los expertos dicen que la estructura del cerebro del gato es similar a la del cerebro humano.
Existe una diferencia significativa en el tamaño de estas áreas y en su proporción.
Por ejemplo, el cerebelo del cerebro del gato está bien desarrollado (de ahí la capacidad de los gatos para mantener el equilibrio).
Pero al mismo tiempo, la corteza prefrontal, que participa en el análisis y es responsable de la memorización, está mucho menos desarrollada.
En cuanto a la memoria a largo plazo, está bien desarrollada y los gatos pueden recordar tanto a las personas como al lugar durante varios años.
Dicen que los gatos recuerdan igual de bien a las personas malas que a su amado dueño.
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