Si tu gato no te deja acariciarlo, es posible que no le guste la forma en que lo haces.
Te diremos qué lugares del cuerpo de un gato no debes acariciar y a qué lugares debes prestar especial atención.
Sobre todo a los gatos les gusta que les acaricien la zona de la cabeza. En la cabeza del gato hay glándulas que producen feromonas, con la ayuda de las cuales los animales marcan su territorio.
Por eso los gatos frotan su cabeza contra los muebles y las patas de sus dueños.
Puedes acariciar tranquilamente las mejillas, la frente, la barbilla y el cuello de tu gato, seguro que a tu mascota le gustará.
Es necesario acariciar el lomo del gato con mucho cuidado y es mejor no tocarle las patas, el vientre ni la cola, ya que puede producirse una reacción agresiva.