Para muchos niños peludos, viajar en coche o en tren supone un estrés enorme.
El caso es que un amigo de cuatro patas es sacado del lugar al que está acostumbrado.
Además, un gato puede asustarse con las altas velocidades, las curvas cerradas y las frenadas.
Muchos dueños sueñan con conseguir que su mascota deje de tener miedo a viajar.
Al fin y al cabo, a nadie le gusta que cada viaje y cada visita a la clínica veterinaria se convierta en una auténtica prueba.
Afortunadamente, existe una manera fácil de acostumbrar a tu gato a moverse mucho.
Normalmente, los dueños de gatos utilizan transportadores especiales cuando viajan.
Mientras esté en casa, no es necesario ocultar estos dispositivos.
Por el contrario, es necesario sacar el transportín del casillero, abrirlo y dejarlo en la habitación donde se encuentra con mayor frecuencia el gato.
Deje que la caja portátil actúe como una "casa" para su mascota.
El animal se acostumbrará al dispositivo y empezará a considerarlo su territorio.
Como resultado, los viajes ya no serán estresantes para el gato. Una casa familiar y olores familiares son las condiciones gracias a las cuales tu amigo de cuatro patas no se preocupará durante el viaje.