No es necesario lavar a su gato con frecuencia: los ronroneos, por regla general, logran mantener su propia higiene. Sin embargo, hay situaciones en las que el lavado es simplemente necesario.
Si tu gato no quiere ducharse, intenta poner en práctica los consejos de este artículo: ayudarán incluso a las mascotas más "obstinadas".
Poner al gato en un recipiente y empezar a regarlo con agua es, la verdad, una opción bastante mediocre.
En su lugar, intente que su mascota se interese por el agua.
Para ello, llena la bañera con una pequeña cantidad de agua, coloca una alfombra antideslizante en el fondo y luego tira un par de tus juguetes favoritos para gatos. También puedes intentar atraer a Muroks y Barsiks con la ayuda de golosinas.
Cuando veas que la mascota que se ha mojado las patas ha tolerado tranquilamente el procedimiento, puedes aumentar gradualmente la cantidad de agua.
Esto debe hacerse hasta que el gato se dé cuenta de que el baño no supone ningún peligro para él, sino que, por el contrario, está asociado a la diversión.
Y esta creencia conviene reforzarla con una golosina que se debe ofrecer a la mascota después del baño.