Una persona puede, sin querer, asustar a su gato.
Hablamos de realizar determinadas acciones que provoquen una sensación de miedo en la mascota.
Resulta que algunas de las acciones del dueño son percibidas de manera extremadamente negativa por los amigos peludos de cuatro patas.
Si no quieres poner al animal en un estado de estrés, abstente de realizar las siguientes acciones.
Los gatos se apegan al territorio. Salir del apartamento suele ser percibido por estas mascotas como una situación peligrosa.
Por lo tanto, no debes “pasear” al gato. Tampoco es necesario que lleve a su mascota de viaje.
Eso sí, si hablamos de una mudanza o de una visita al veterinario, entonces trasladar al gato en un vehículo es indispensable.
Pero luego hay que comprar el transportín más cómodo para el animal.
No tiene sentido castigar a los peludos. Este enfoque no sólo no obligará al gato a comportarse “correctamente”, sino que probablemente también lo llevará a un estado de estrés.
Un gato que ha sido castigado empieza a tratar peor a su dueño y deja de confiar en él.
Los gatos tienen miedo a los ruidos fuertes. Por lo tanto, tienen miedo durante una tormenta y cuando la aspiradora está en funcionamiento.
A las mascotas tampoco les gusta que la gente grite. Por lo tanto, no pelees con nadie ni digas malas palabras si hay un animal cerca.