Muchos dueños de gatos se sorprenden de que los gatos, ignorando su miedo al agua, a menudo siguen a sus dueños al baño.
Sin embargo, las mascotas tienen sus propios motivos.
Los expertos señalan que los gatos son animales muy curiosos. Tener una habitación aislada y oculta tras puertas es un auténtico reto para ellos.
Por eso, por interés, intentarán entrar contigo al baño.
A veces un gato no quiere beber agua de su cuenco, ya que está intentando salvar un recurso tan valioso. Pero en el baño siempre puedes encontrar una cantidad ilimitada de agua.
Esto sucede a menudo si la mascota se queda sin agua. Por lo tanto, trate de evitar este tipo de situaciones.
Si el gato no tiene suficientes juguetes y el dueño no pasa tiempo libre con él, esto puede provocar aburrimiento.
En esos momentos, el animal puede comportarse de manera extraña.
Por tanto, ir al baño se convierte en una especie de “viaje” que puede aportar variedad.