Muchos dueños de gatos compran varios rascadores para asegurarse de que sus muebles tapizados no sufran daños.
Se sabe que los gatos tienen un profundo apego a los sofás, sillones e incluso sillas tapizadas.
Un animal puede arruinar los muebles muy rápidamente. Por regla general, instalar varios rascadores nos parece la solución ideal al problema. Pero es posible que el gato los ignore, creyendo que el sofá y los sillones le sientan mejor.
Es necesario acostumbrar al animal a un dispositivo tan importante a una edad bastante temprana, antes de que el gato desarrolle interés por los muebles.
En este caso, la mascota ni siquiera sabrá utilizar cómodamente muebles tapizados.
Los expertos recomiendan empezar a entrenar a su animal lo antes posible.
A veces olvidamos que las garras de nuestras mascotas son la auténtica arma contra los animales más pequeños. En el hábitat natural, las garras servían como garantía de supervivencia.
Por eso, de vez en cuando el gato comprueba si sus garras están en condiciones de “luchar”. Para este propósito, lo mejor es un sofá y sillones.
No todo el mundo sabe que los gatos también tienen sustancias especiales en la zona de las garras que pueden dejar su propio olor. Por tanto, la mascota simplemente marca “su” sofá.
Si tienes una relación cálida con un gato, entonces se puede destacar otro argumento: el animal quiere combinar tus olores.