La mayoría de las personas consiguen que los gatos pasen un buen rato en su compañía.
Siempre es importante establecer contacto táctil con un animal.
Sin embargo, en ocasiones nuestras mascotas pueden sorprendernos. Por ejemplo, algunos gatos pueden morder al dueño cuando intenta acariciarlos.
Las mascotas también pueden cansarse de la atención de su dueño. Si tocas a tu gato con demasiada frecuencia, intenta levantarlo y acariciarlo, es posible que simplemente se canse.
Por eso, vale la pena darle un descanso al animal.
Los gatos no pueden quejarse de su estado de salud. A veces nuestros caricias pueden provocar molestias porque al gato le duele un lugar determinado, afirman los expertos .
En este caso, es mejor mostrarle su mascota al veterinario.
Algunos gatos simplemente no están acostumbrados al afecto y al contacto humano. Esta situación suele ocurrir cuando recoges un animal adulto en la calle.
Algunas razas también valoran demasiado el espacio personal y no son muy propensas al afecto y la atención.