Mucha gente cree que los perros no son capaces de experimentar emociones tan "humanas" como el amor y los celos.
Los partidarios de esta posición están convencidos de que los dueños de animales simplemente proyectan sus emociones en sus mascotas, “humanizándolas” así.
Sin embargo, hay otra opinión. Si vives con un perro durante un tiempo determinado, entonces su capacidad para sentir celos está fuera de toda duda.
Los científicos también estaban interesados en este tema, por lo que realizaron repetidamente estudios y experimentos científicos relevantes.
El resultado fue un descubrimiento completamente lógico: los perros saben sentir celos de sus dueños y lo hacen con regularidad.
Los expertos señalan que una mascota puede sentir celos incluso de un objeto inanimado, sin mencionar los niños, la pareja y otras personas.
Para nosotros, los celos están asociados principalmente a las relaciones personales: tenemos miedo de perder a un ser querido, por lo que este sentimiento desagradable surge como mecanismo de defensa.
Los perros son más prácticos.
Les preocupa simplemente recibir menos comida, atención, afecto y cuidado.