No a todos los gatos les gusta sentarse en las manos o en el regazo de su dueño. Además, hay quienes no soportan la sociedad humana.
Pero si hablamos de una mascota, entonces este es un estado antinatural. Los gatos domésticos aman el afecto y son bastante receptivos. En este caso, hay algo en qué pensar.
Los expertos preguntaron cuál podría ser la razón por la que a un gato ya no le gusta sentarse en los brazos de su dueño.
En primer lugar, la mascota valora la seguridad y la comodidad. Cuando un gato no puede controlar algo o sus acciones son restringidas, comienza a protestar.
Si un gato fue sacado de un refugio o de la calle, o vivía en otra casa con otro dueño, entonces esto es bastante normal. Cuando el animal se acostumbre a sus nuevos dueños, su comportamiento cambiará.
Quizás el gato fue maltratado. Debido a esto, el animal puede tener miedo cuando lo levantan. Es posible que este comportamiento haya provocado una visita al veterinario en el pasado.
Si manipulas al gato descuidadamente o lo lastimas, no le gustará que lo cargues.
Si la mascota evita por completo al dueño, entonces debes observar más de cerca el comportamiento y llevarlo al veterinario para que lo examine.