Por el momento, las mascotas pueden no tener problemas para ir al baño, pero un día los charcos formados por el gato interfieren con el curso habitual de las cosas.
Además, pueden aparecer en los lugares más impredecibles. Desde el clásico charco en la alfombra hasta otros más originales en la cama del amo.
Averigüemos qué pudo haber sucedido y cómo resolver el problema.
1. Hay que buscar las razones en el bienestar del gato. Seguramente estas son las consecuencias de una enfermedad cuyos síntomas no se pueden discernir a simple vista.
Esto puede ser consecuencia de un trauma físico: un golpe en la cavidad abdominal o cistitis, cálculos renales (más a menudo en gatos).
También pueden desarrollarse alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso y otras enfermedades, que solo pueden ser determinadas por un especialista tras un examen.
Aquí debe prepararse para una cita con el veterinario.
2. Quizás el gato dejó de ir a la caja de arena porque no estaba satisfecho con su estado. En primer lugar, los olores.
Quizás no te gustó el relleno, otros restos y suciedad que terminaron en la bandeja o cerca.
Si el producto es nuevo, es posible que a tu mascota no le guste el olor a plástico.
3. Si un gato vive una vida plena, entonces tal molestia puede estar relacionada con la psique.
Por ejemplo, mientras busca pareja, un gato puede comenzar a marcar su territorio, de manera tan activa que los dueños eventualmente deciden castrar al gato.
4. Y lo último que puede provocarlo son protestas o estrés severo.
Un animal puede comenzar a protestar después de un niño, aparece una nueva mascota en la casa, se produce un cambio de lugar de residencia, etc.
Estos problemas se pueden resolver con la ayuda de un veterinario.