Todo el mundo sabe que los gatos le tienen miedo al agua, pero no todos entienden por qué. De hecho, esta es una idea errónea.
Los gatos tienen una actitud normal hacia el agua y no son reacios a nadar, pero la reacción que ven los dueños al bañar a un gato que grita no es en absoluto miedo a ahogarse.
Los expertos han explicado por qué los gatos reaccionan de esta manera al agua.
Los gatos son criaturas libres y no les gusta que les impongan algo. Si no quieren nadar, pero se ven obligados, entonces la reacción es natural. Además, sólo a la gente le gusta el olor del champú.
Las mascotas temen la hipotermia y el sobrecalentamiento. La razón es que el pelaje de un gato y la capa de aire que contiene son un vínculo importante en la termorregulación del cuerpo del animal. Cuando el pelaje se moja, el gato puede congelarse muy rápidamente o sobrecalentarse bajo el sol abrasador.
El pelaje mojado tiene un olor más pronunciado y, dado el instinto del cazador, esto hace que el gato sea más vulnerable al enemigo.
Las bacterias pueden depositarse en la lana mojada junto con el polvo. Posteriormente pueden penetrar en el cuerpo.
El pelaje del animal está recubierto con una sustancia especial que lo protege de la fragilidad y le aporta brillo. El agua elimina esta composición y no beneficia a la lana.