Muchos dueños de perros conocen la siguiente imagen: al regresar al apartamento, uno se encuentra con un desastre cuyo “autor” era la mascota.
De hecho, algunos amigos de cuatro patas tienen un hábito que tiene consecuencias desagradables para las personas.
Un perro que se queda un rato solo en casa empieza a masticar todo y a tirar cosas de las estanterías.
Una persona que regresa a casa a menudo ve productos esparcidos y dañados.
El dueño de la mascota puede pensar que el animal simplemente se vengó de él. Pero ésta es una impresión errónea.
Sí, a la mascota ciertamente no le gusta que la dejen sola.
Sin embargo, el animal comienza a ensuciar no en absoluto por el deseo de vengarse de la persona que lo “abandonó”.
De hecho, en este caso el perro no tiene ningún enfado. Pero es muy posible que aparezca el miedo.
Por extraño que parezca, una situación como la soledad es estresante para una mascota.
Un amigo de cuatro patas puede comenzar a realizar acciones que temía realizar en un entorno normal.
La mascota está preocupada por sí misma. Pero más aún, para las personas que lo criaron: nunca se sabe qué les pasó... De ahí las acciones extrañas.
Para que la soledad temporal nunca se convierta en una situación aterradora para un perro, éste debe acostumbrarse a que periódicamente lo dejen solo en un apartamento cerrado desde una edad temprana.