Afilar las garras de un gato tiene varios propósitos importantes. La primera es la eliminación de capas de garras viejas y afiladas.
El crecimiento de las garras de gato es similar al crecimiento de las uñas humanas, pero las garras de los gatos crecen mucho más rápido y requieren la eliminación regular de las capas viejas para que puedan crecer sanas y afiladas.
Los gatos necesitan sus garras para protegerse y cazar.
Cuando un gato busca una presa o defiende su territorio de otros gatos, utiliza sus garras para sujetar y atacar a la presa.
Los gatos también usan sus garras para trepar a árboles y otras superficies verticales.
Además, el afilado de las uñas es un proceso natural para que los gatos se deshagan de las capas viejas y afiladas y las mantengan sanas.
Afilar las garras de los gatos estira sus músculos, lo que les ayuda a mantenerse flexibles y en forma.
Afilarse las garras es otra forma que tienen los gatos de marcar su territorio. Las garras tienen glándulas que secretan sustancias aromáticas que los gatos utilizan para marcar su territorio y mostrar a otros gatos dónde viven.
Los gatos pueden afilar sus garras en cualquier superficie que consideren adecuada: postes y tablas de madera, alfombras, tapetes y muebles.
Afortunadamente, existen varias formas de prevenir daños a los muebles.
Por ejemplo, puedes comprarle a tu mascota un rascador que el gato no rechazará. O aplique repelente en aquellas superficies del apartamento que necesiten protegerse de la mascota.
También puedes intentar convencer a tu gato de que utilice solo un lugar para afilar sus garras recompensándolo con juguetes y golosinas.
Los gatos que juegan con frecuencia y reciben atención positiva tienden a afilar sus garras en la zona donde juegan, por lo que esta puede ser una forma útil de adiestramiento.
En general, afilar las garras es un comportamiento natural y necesario para los gatos, y los dueños de mascotas deben brindar alternativas para que los gatos puedan hacerlo sin dañar los muebles.