Todos los seres vivos expresan emociones, pero cada uno lo hace a su manera. Dicen que los gatos también pueden llorar. ¿Quién no conoce la expresión popular “el gato lloró”?
Pero para comprender el sufrimiento de una mascota, no es necesario hacerlo llorar. Te contamos cómo, cuándo y por qué los animales pueden expresar sus quejas.
Puedes hablar de agravios después de que el animal haya experimentado estrés. Los motivos más populares: mudarse a un nuevo lugar de residencia, resentimiento o dolor, sensación de hambre.
Se cree que los animales que se quedan sin dueño ni hogar pueden llorar.
No existe evidencia científica al respecto. Los estudios no han logrado confirmar la conexión entre las lágrimas de los gatos y las condiciones nerviosas.
Si bien generalmente se acepta que un gato no llora por emoción, no se puede descartar por completo esta posibilidad.
1. La aparición de lágrimas en los ojos puede ser consecuencia de enfermedades que se presentan de forma latente.
2. Muy a menudo, los gatos “lloran” durante la adolescencia, cuando la cabeza del animal aumenta de tamaño y con ella los conductos lagrimales.
3. Se cree que razas como los persas, los escoceses y los británicos simplemente no pueden evitar llorar debido a las características estructurales del hocico plano, la nariz y la ubicación de los ojos.
Sin embargo, todo esto no significa resentimiento. Si la mascota tiene algo contra el dueño, comenzará a evitarlo, se esconderá en los armarios, maúllará por la noche, aullará de manera extraña y también se negará a encontrarse con el dueño en la puerta.