El estrés es la causa del desarrollo de todas las enfermedades crónicas. Todos los seres vivos estamos sujetos a estrés, no sólo los humanos.
Y las mascotas no son una excepción a esta lista. Te contamos qué signos indican estrés en un gato y cómo eliminar las consecuencias desagradables.
Los signos pueden ser físicos o conductuales. El primero incluye problemas con el bienestar de la mascota. Pueden producirse vómitos o diarrea, pérdida de apetito, aumento o disminución de la duración del sueño y otros signos.
Las de comportamiento incluyen las payasadas "hooligan": el animal puede dañar persistentemente los muebles, ir al baño más allá de la bandeja o donde quiera, maullar ruidosamente por la noche, esconderse y negarse a que lo carguen.
Los gatos son criaturas domésticas. No les gusta cambiar de hábitat y cualquier movimiento les resulta estresante. Lo mismo ocurrirá si se añade otra mascota al apartamento o si aparece un niño pequeño en la casa.
El primer paso es identificar la fuente del estrés y eliminar la posibilidad de que influya en la mascota. Si el estado del animal no ha vuelto a la normalidad durante mucho tiempo, se debe llevar al veterinario.