Si te enfrentas a una situación en la que tu mascota exige comida de forma persistente, aunque tenga el plato lleno de comida, no te apresures a enojarte, hay una explicación para todo, o incluso varias, como en este caso.
En primer lugar, es posible que el gato quiera comida fresca, incluso si la comida en el plato sigue siendo de buena calidad.
Dicen que en esta situación no se puede ofrecer al animal una nueva porción, sino simplemente recoger el cuenco del suelo, mezclar los gránulos y volver a colocarlo.
En segundo lugar, la comida podría estropearse mucho, especialmente cuando se trata de comida húmeda.
Recuerde que estos alimentos no deben dejarse en el recipiente durante más de media hora.
En tercer lugar, el gato espera conseguir otro alimento más sabroso que el que le ofrecieron.
Esto sucede a menudo si el dueño trata a la mascota con trozos de su mesa. Pero no debes hacer esto si estás seguro de que la dieta del gato es equilibrada y aporta a la mascota todos los nutrientes que necesita.
Y en cuarto lugar, el bigote del gato le impide disfrutar de un delicioso desayuno, almuerzo o cena. Algunos peludos simplemente no pueden seguir comiendo si sus bigotes entran en contacto con platos o alimentos.
En este caso, las placas planas y anchas serán la solución.