Cualquier mascota es ante todo una responsabilidad, y luego un placer y disfrute.
Es bueno que a una persona le apasione tanto el cuidado de una mascota que cualquier preocupación por ella sea un placer, pero esto rara vez sucede. Aquí hay algunas cosas en las que pensar antes de tener un gato.
La decisión no debe tomarse sola. Es necesario saber qué piensa cada miembro de la familia sobre la futura mascota. Como mínimo, tendrá que distribuir responsabilidades: alimentación, limpieza, cuidado, tratamiento.
Con la aparición de un animal, tu vida habitual puede cambiar drásticamente. No se puede dejar al gato solo durante mucho tiempo, lo que puede afectar la naturaleza del trabajo asociado con viajes de negocios frecuentes o largos.
Debe estar mentalmente preparado para que aparezca en su apartamento un animal cuyos instintos de cazador aún no se han enfriado por completo. El gato buscará un rincón seguro, buscará un lugar donde descansar, una forma de divertirse, y nada debe asustar a la mascota ni causarle estrés.
Es necesario cuidar las plantas de interior, que no sólo pueden morir cuando un gato adquiere el hábito de entrar en la maceta. Algunas flores son venenosas para perros y gatos. Por tanto, tendrás que deshacerte de ellos o eliminarlos.
La mascota también tiene sus propios intereses y no puede limitarse a un cuenco, una bandeja y una cama. Tendrás que comprar juguetes, cepillos, pinzas y un rascador. También necesitará champús, vitaminas, medicamentos y otros productos para el cuidado, que pueden ser recetados por un veterinario si así lo requieren las peculiaridades del contenido de una raza en particular.