Muchos gatos, como ya sabes, prefieren sentarse sobre los hombros de su dueño que sobre su regazo.
Te explicamos por qué a los gatos les gusta subirse a los hombros de sus dueños.
Un gato no se sube a los hombros de su dueño para acercarse a su cara.
De hecho, es el instinto natural el que obliga al gato a subirse a los hombros de su dueño.
En la naturaleza, los gatos suben a lugares altos para tener una mejor vista de la zona.
Su posición elevada les permite detectar amenazas o presas de manera oportuna.