Es divertido ver cómo un gato tiembla todo su cuerpo mientras duerme, mueve las patas, maúlla e incluso a veces gruñe. ¿Pero esta condición es siempre segura para una mascota?
Durante mucho tiempo se ha dado por sentado que los animales sueñan. Pero ahora los científicos lo han demostrado. Los experimentos han demostrado que en nuestros hermanos pequeños, al igual que en los humanos, el sueño se produce en una fase activa y profunda. Y el cerebro procesa de la misma forma la información recibida durante la vigilia, generando sueños.
Un gato en un sueño revive su experiencia, por ejemplo, cuando se peleó con otro gato, fue perseguido por un perro o estaba cazando un pájaro y se asustó por un sonido agudo.
Cuando se vive una experiencia traumática, el gato tiene una pesadilla. Puede gruñir, maullar o sacudir todo el cuerpo.
¿Deberías despertar a tu mascota si tiene una pesadilla? Esto no debe hacerse, ya que el animal no comprenderá de inmediato dónde está el sueño y dónde está la realidad. Debido a la desorientación, una mascota puede atacar a una persona u otra mascota, simplemente confundiéndola con un monstruo de un sueño.
La mayor actividad durante el sueño se observa en animales que han experimentado una situación estresante: mudanza, renovación, visita al veterinario, cambio de dueño, encuentro con un perro extraño. La actividad violenta, como el juego, también provoca sueños violentos, especialmente en los gatitos.
Los ligeros espasmos durante el sueño causados por los sueños son completamente seguros. Pero es completamente diferente si se trata de calambres. Es fácil distinguirlos. Durante las convulsiones, los músculos se contraen y el animal experimenta convulsiones paroxísticas. Las extremidades pueden torcerse tanto que adquieren una forma antinatural y no se pueden enderezar. Durante un ataque severo, el animal puede gritar de dolor, hacer espuma en la boca y, a veces, orinar involuntariamente. Las pupilas se dilatan, el bigote presiona contra el hocico.
Todos estos síntomas indican problemas de salud graves, por lo que no se debe posponer la visita al veterinario. Las convulsiones son síntomas que indican epilepsia, tumores cerebrales, intoxicaciones, problemas en el sistema cardiovascular y algunas otras enfermedades. Si las convulsiones no son muy fuertes, esto puede ser señal de falta de vitaminas y minerales.
Para salvar a su mascota, debe comunicarse urgentemente con un especialista. El autodiagnóstico y el tratamiento son extremadamente peligrosos. Incluso un especialista puede hacer un diagnóstico sólo después de haber realizado todas las pruebas.