Los gatos, como sabes, tienen la costumbre de lamerse no sólo a ellos mismos, sino también a otros.
Y lo hacen no sólo por motivos higiénicos.
En primer lugar, al lamerse, los gatos mantienen los vínculos familiares y sociales.
Esta es una especie de manifestación de amor, cariño, confianza.
La segunda razón es la seguridad. Al lamerse unos a otros, los gatos intercambian olores. Esto les permite distinguir a los suyos de los extraños.
Además, lamer ayuda a los gatos a afrontar el estrés y les proporciona una sensación de calma.