Agarrar un botón, escupir tres veces por encima del hombro izquierdo, retorcer un higo en el bolsillo son sólo algunos de los rituales supersticiosos en caso de que un gato negro se haya cruzado en la calle.
Los animales de este color tienen mala reputación, aunque muchos dueños de gatos tienen mascotas de este color en particular.
En el siglo XIII, el Papa Gregorio IX declaró que los gatos con pelaje color carbón eran sirvientes del diablo. En Europa ha comenzado una verdadera caza de animales. La marca de bruja se colocaba automáticamente en las mujeres solteras que tenían un gato negro como mascota.
La epopeya terminó con el hecho de que debido a la disminución en el número de gatos, aumentó el número de ratas, lo que provocó una epidemia de peste bubónica. A pesar de la dura lección, la gente siguió desdeñando a los gatos negros.
En Rusia, estos animales domésticos eran tratados positivamente. Fue este color de gatos el primero en llegar a un nuevo hogar. El animal caminó por la nueva propiedad y luego, donde se acostó por primera vez, se colocó una cama.
En tiempos más recientes, surgió la superstición de que un gato negro cruzando la calle promete mala suerte. La gente eliminaba la "maldición" de un animal de diferentes maneras: manteniendo presionado un botón, escupiendo por encima del hombro o incluso esperando a que otra persona pasara por el camino "estropeado".