En ocasiones los dueños pueden tener malentendidos con sus mascotas. En la mayoría de los casos, esto se debe a la personalidad de los gatos, que puede resultar difícil de descifrar.
Si a un animal no le gusta algo, puede ofenderse o incluso volverse travieso.
Por tanto, la pregunta relevante es cómo hacer que la relación entre una persona y un gato sea más cómoda.
En este caso, necesitas conocer algunas reglas simples.
Los gatos tienen un instinto de autoconservación bien desarrollado. Por lo tanto, reaccionan a sonidos fuertes y agudos y se esconden. Esto les resulta estresante, pero es necesario proteger a las mascotas de estos irritantes.
Un gato puede experimentar estrés incluso si vienen invitados a la casa y quieren acariciar al animal. Aún así, es necesario asegurarse de que sólo la mascota sea la que inicie el contacto.
El animal debe disponer de un espacio personal para que pueda recuperar sus recursos físicos y psicológicos.
Al mismo tiempo, debemos recordar que si un gato se ha retirado a su refugio, nadie debe molestarlo.
Un gato puede mostrar su estado de ánimo con su cuerpo. Necesitas aprender a leer este tipo de lenguaje corporal. Por ejemplo, si una mascota mueve la cola, la golpea en el suelo o en los costados del cuerpo, entonces es mejor no acercarse a ella. Pero si la cola del gato está levantada y se mueve fácil y lentamente, significa que está de buen humor y puedes intentar establecer contacto con él.
Debes recoger al animal con cuidado.
Nunca debes levantar a un gato por la piel de la nuca o por las patas delanteras, esto sólo le provocará fuertes molestias.
El hábito de levantar un animal con una sola mano, por ejemplo, levantar a un gato por debajo del estómago, también causa dolor.
No es necesario acariciar al animal de forma persistente y prolongada, especialmente si se resiste.
Sólo se permiten caricias ligeras. Los movimientos deben ser suaves y sin presión, pero sólo en la dirección del crecimiento del cabello.