La nariz de un perro se considera un indicador de la salud de una mascota de cuatro patas.
Una nariz húmeda y ligeramente fría indica que la cola está sana.
Sin embargo, si esta parte del cuerpo está demasiado fría o incluso fluye, debes tener cuidado.
La secreción excesiva es un signo de una infección viral y una nariz fría indica que la temperatura corporal del perro ha bajado significativamente. Esto sucede con hipotermia, agotamiento y algunas enfermedades.
Sin embargo, a veces también es normal tener la nariz caliente y seca. Esto es aceptable después de dormir, cuando el perro se sumerge en el reino de Morfeo, los procesos en el cuerpo, incluida la producción de moco, se ralentizan. Además, en un sueño, un perro no se lame la nariz para humedecerla.
Sin embargo, tras despertar todo vuelve a la normalidad, por lo que no hay motivo de preocupación.
Factores como la edad y los cambios hormonales también afectan el estado de la nariz. Por lo tanto, los cachorros, así como las perras gestantes y lactantes, pueden tener la nariz menos húmeda.
Además, la nariz se seca y puede empezar a pelarse si el aire de la habitación es demasiado seco. Los bálsamos hidratantes especialmente creados para perros ayudarán a tu mascota.
Finalmente, la nariz puede simplemente quemarse con el sol si el perro pasa largos períodos de tiempo bajo la luz solar directa durante el pleno verano. En caso de daños graves, se debe contactar a un veterinario.