Por lo general, si los gatos están enfrascados en una lucha por la vida o la muerte, hay razones para ello.
1. El primer factor que convierte a las mascotas tranquilas en luchadoras es el carácter territorial del gato.
Los ronroneos identifican o marcan su territorio con feromonas. Si se superponen territorios o se descubren las llamadas áreas “no marcadas”, puede ocurrir un conflicto de intereses.
2. Como regla general, los gatos se pelean y se les puede entender; después de todo, de esta manera están tratando de ganarse el favor de la hembra.
3. A veces una pelea puede ser de naturaleza “lúdica”. Gracias a esta actividad, tanto los pequeños gatitos como los animales adultos realizan ejercicio físico y perfeccionan sus habilidades.
Sin embargo, aunque los gatos no sueltan las garras mientras se miman, la diversión inocente puede convertirse en una auténtica batalla.
4. Finalmente, el instinto maternal obliga a los gatos a entrar en batalla: una madre hará cualquier cosa para proteger a sus bebés.