A los amantes de los gatitos peludos y ronroneantes les resulta difícil creer que un gato sea capaz de hacer esto. Pero en realidad esto es un hecho real. El animal es capaz de comerse a sus crías.
Esto sucede por varias razones.
La primera es que la gata simplemente no está preparada para un evento como la maternidad; en lo que respecta al apareamiento temprano (si la mascota tiene menos de 18 meses), sus instintos aún no se han formado.
Otra razón es el agotamiento posparto. Esto es cierto para los animales que no pudieron obtener todos los nutrientes necesarios durante la gestación.
Una situación estresante o peligrosa puede provocar tales problemas.
Un gato puede rechazar a la descendencia de esta manera incluso en una situación en la que no tiene leche, lo que significa que simplemente no habrá comida para los gatitos.
Un gato también puede alejarse de aquellos gatitos que nacieron con defectos o problemas de salud.
Pero a veces la propia persona provoca al gato a tal acto. Si el dueño toca al gatito recién nacido con demasiada frecuencia, le transmite su olor. Esto puede ahuyentar a un gato adulto y, al final, decidirá deshacerse de la descendencia.
Por lo tanto, debes controlar el comportamiento de tu mascota y dejarle su espacio personal. Es recomendable montar una “casa” en un lugar tranquilo y apartado donde nadie moleste al gato y a los gatitos. Si una madre gata ignora a uno de los gatitos, le silba o le gruñe, entonces debe criarse por separado del resto.