Un perro aporta a las personas una gran cantidad de felicidad y emociones positivas. ¿Pero está feliz el amigo de cuatro patas?
Después de todo, muchos dueños olvidan que el perro no es una persona y que sus alegrías son diferentes a las humanas.
El animal “habla” constantemente con su dueño sobre su estado, pero lo hace en su propio idioma.
Para saber si su mascota está contenta, debe prestar atención a 5 señales.
Un perro feliz tiene las orejas relajadas. Se ubican en la cabeza en posición natural. Este es uno de los signos de un animal tranquilo y contento.
Cuando un perro está triste, sus orejas se levantan notablemente. Cuando las orejas están echadas hacia atrás o tensas debido al hiperalerta, suele ser un signo de estrés o miedo. Es normal que una mascota reaccione de esta forma ante factores externos (sonidos, otros animales, personas amenazantes).
Si está cerca de su amado dueño, relativamente rápido devuelve sus orejas a su posición natural. Si esto no sucede, el animal estará estresado la mayor parte de su vida, lo que significa que no podrá ser feliz.
Un perro feliz es aquel con el que su dueño se comunica constantemente. Un perro así capta constantemente la mirada del dueño y se comunica con él de esta manera. Los criadores de perros experimentados prestan atención principalmente a establecer una conexión con su mascota.
Esto se logra a través del juego, el entrenamiento, la educación cotidiana y la recreación conjunta. Los perros han sido criados durante cientos de años para servir a los humanos, por lo que su mayor felicidad es ser necesitados y sentir una conexión con su dueño. Si un animal se comporta como un gato y “camina solo”, sin prestar atención a una persona, no puede ser feliz.
Un perro feliz levanta la cola (excepto en razas para las que esta posición no es natural) y la menea. Cuanto más feliz es la mascota, más activamente mueve la cola.
Las razas grandes pueden incluso causar un dolor considerable al golpear a una persona en las piernas. O golpean con fuerza el suelo o los muebles, expresando su alegría.
Un perro asustado, estresado o enfermo tiene la cola que cuelga fláccida o metida debajo del vientre.
Tumbarse boca arriba y mostrar la barriga es el mayor grado de confianza en el reino animal. El estómago es un lugar vulnerable desprotegido con piel fina y sensible. Abrirlo significa ponerse en peligro.
Si tu perro hace esto con regularidad, significa que confía completamente en ti. Y la confianza y la sensación de seguridad son los principales componentes de la felicidad de cualquier ser vivo.
Dicen de una persona feliz que su alma canta, quiere bailar y abrazar a todos. Ésta es la reacción del cuerpo a la producción de las llamadas hormonas de la felicidad. El mismo esquema funciona en perros.
Si la mascota está contenta, corre, salta, chilla alegremente, juega activamente con una pelota o simplemente “da fuerte” como un caballo obstinado. Quiere divertirse más y estar activo.
Cuida a tu mascota. Con el tiempo, aprenderá a leer sus estados de ánimo y emociones, tal como él lee los suyos.