Alimentar a un gato es un procedimiento rutinario que los dueños de animales deben realizar todos los días.
Sin embargo, dejar comida sin comer en un recipiente puede causar problemas al gato y a su dueño.
La primera razón por la que no deberías hacer esto es que los bocados sabrosos pueden convertirse en un excelente cebo para todo tipo de insectos: moscas, hormigas y otros.
Además, con el tiempo, los restos de comida simplemente se echan a perder, por lo que no se puede evitar el envenenamiento.
Incluso si el tracto digestivo de su mascota es capaz de hacer frente a una golosina "deshonesta", es posible que desarrolle alergias e intolerancias alimentarias.
Evitar este tipo de problemas no es tan difícil como podría parecer a primera vista.
Tiene dos opciones: alimentar al gato con porciones pequeñas a lo largo del día o retirar la comida no consumida del recipiente entre 20 y 30 minutos después de la comida.
Además, siempre puedes optar por un comedero automático.