Muchos propietarios de zonas suburbanas están familiarizados con la situación en la que los gatos vecinos salen a pasear. En este caso, las mascotas pueden dejar marcas, estropear las plantas o comer comida del plato del dueño.
¿Pero cómo sacarlos de la zona?
Hay formas sencillas y seguras.
Los residentes de verano experimentados recomiendan plantar plantas en el sitio cuyo olor no les gusta a los gatos. Son eficaces la menta, la lavanda, el geranio, etc.
Además, puedes diversificar el paisaje con la ayuda de plantas de cítricos. A los gatos no les gusta el olor a naranjas, mandarinas o limones.
Es recomendable colocarlos alrededor del perímetro del sitio.
También puedes colocar bolsas de hierbas.
Los amantes del café pueden esparcir posos de café a lo largo de la frontera de su territorio.
Si tienes tu propio gato viviendo en el jardín, es mejor alimentarlo bajo supervisión o en casa para que los restos de comida no atraigan a otros animales.