Los gatos, a diferencia de los perros, rara vez muestran abiertamente amor a su dueño.
Pero darse cuenta de que tu gato está feliz contigo y con su vida no es tan difícil.
Primero, presta atención a cómo te saluda el gato después de la separación.
Si tu mascota corre hacia la puerta y tiene las orejas y la cola levantadas, está aburrido.
En segundo lugar, un gato contento con la vida no evitará comunicarse con su dueño; saltará a su regazo, se frotará las patas, etc.
En tercer lugar, un gato feliz no se negará a jugar con su dueño. Y si el gato te trae sus juguetes, simplemente te adora.