La reacción incorrecta del dueño ante el mal comportamiento del gato puede provocar un empeoramiento de su comportamiento.
Te contamos cómo nunca debes castigar a los gatos.
En primer lugar, están prohibidos los castigos físicos y los gritos. Esto sólo puede empeorar el comportamiento del gato.
Tampoco es buena idea encerrar a un gato en una habitación; maúllará desgarradoramente y arañará la puerta.
Además, apenas un par de horas después de la infracción, es simplemente inútil castigar al gato: no recordará por qué.
La única opción es enseñarle a su mascota de manera suave pero persistente el comportamiento correcto. Por ejemplo, si tu gato araña muebles o papel tapiz, enséñale a utilizar un rascador.