Se sabe que los gatos odian los olores fuertes.
Los aromas habituales de cítricos, especias, ajo, cebolla y perfume de gato son sencillamente insoportables.
Teniendo esto en cuenta, el amor de los gatos por el olor a lejía es simplemente asombroso. Pero hay una explicación científica para esto.
Los científicos explican el amor de los gatos por el olor a lejía por el contenido de sustancias que imitan las feromonas felinas: provocan una reacción hormonal en el animal.
Los gatos, por cierto, tienen una reacción similar a la hierba gatera. Pero si oler e incluso comer hierba gatera no daña al gato, las sustancias que contienen cloro pueden causar daños irreparables a su salud.
Por lo tanto, es mejor que los dueños de gatos eviten el uso de productos químicos domésticos que contengan lejía.