Si tu gato empieza a arañar o estropear cosas, lo más probable es que esté muy enojado contigo.
Sin embargo, la agresión está lejos de ser la única señal de que su mascota no está contenta con usted.
La reacción de un gato ante un insulto es siempre individual y depende en gran medida de la raza y la edad.
Los gatos siameses, británicos, abisinios y bengalíes son considerados los más susceptibles.
Con la edad, la frecuencia y profundidad de los agravios en los gatos progresa. Los gatitos y los gatos jóvenes se ofenden con mucha menos frecuencia y perdonan a sus dueños más rápido que los mayores.
Cualquier comportamiento atípico de una mascota puede ser señal de resentimiento.
Un gato ofendido, por ejemplo, evitará de manera demostrativa el contacto con el dueño, se esconderá en los rincones, esquivará los toques y se liberará de las manos.
También puede provocar comportamientos destructivos: daños en zapatos, muebles o papel pintado.
Sin embargo, el interés por la comida debería mantenerse al mismo nivel. Si un gato se niega a comer durante más de 12 horas, lo más probable es que no se sienta ofendido, sino enfermo.