Si no les agradas a los gatos, lo más probable es que el problema seas tú, no los gatos.
Te contamos qué personas atraen a los gatos y cuáles los repelen.
En primer lugar, a los gatos realmente no les gustan las personas intrusivas que violan sus límites.
A los gatos generalmente no les gusta la atención de los extraños.
Si intentaste acariciar a un gato desconocido y este se alejó, no lo vuelvas a intentar, el animal puede reaccionar agresivamente.
Cuando visites a amigos que tengan un gato, simplemente ignóralo y asumirá que estás a salvo.
Lo principal es nunca mirar al gato a quemarropa; los gatos perciben la mirada cercana como una amenaza.
Además, los gatos no pueden tolerar a personas inquietas con gestos activos y voces fuertes.